Noticias sobre Juego de Tronos, Curiosidades, Videos y Fotos de Game of Thrones




Análisis de la Economía en Juego de Tronos

A continuación un artículo extraído de la web americaeconomia.com en el que se hace un análisis muy bueno de la economía de Juego de Tronos, en mi opinión es un artículo muy bueno.


Es sin duda un fenómeno cultural. Millones de personas han leído la saga y millones ven la versión televisiva. Hasta la revista Floreign Policy la ha comentado por su reflexión subyacente sobre el poder.
No viene al caso aquí explicar en profundidad las razones de este éxito. La intriga es una mezcla irresistible fantasía, política, erotismo y violencia en porciones generosas. Lamentablemente la adaptación omitió un detalle que ya en el primer volumen de la saga es escueto: un pequeño correlato macroeconómico que el autor se despacha en la brevedad de una sola página. Más precisamente en la 194 de la versión en inglés.
En ella Ned Stark, el austero y ético recién nombrado primer ministro (Hand) del rey Robert Baratheon, asiste a su primer consejo de gabinete. Y el asunto que debe despachar con los otros secretarios es de una frivolidad apabullante para su mentalidad de hombre del norte: el torneo de caballería que el rey ha ordenado celebrar en su honor.



Según el ministro de Hacienda, el zafio e intrigante Littlefinger, el costo de pagar caballeros, espadachines, banquetes y bufones es de 90 mil piezas de oro. El viejo Maester Pycelle (una especie de doctor en derecho y medicina) pregunta si el tesoro real sufragará el gasto y Littlefinger sonríe con su habitual malicia, recordándoles que el tesoro real está vacío hace años.
No es solo la lujuria del poder la que explica la inestabilidad política en el mundo de fantasía de G. R. R. Martin. Hay graves desequilibrios macro y una estructura económica donde las únicas formas de emprendimiento son el comercio y la guerra.

Es un dato crucial para entender la inestabilidad política del reino. La corona debe seis millones de piezas de oro. Ned Stark no puede creer lo que oye. No sabemos qué porcentaje representa esto del PIB de Westeros, pero se nos dice que el principal acreedor es la casa Lannister, nada menos los villanos de la saga. El resto de la deuda es con la casa Tyrell (que apenas aparece mencionada en el primer volumen), y a los bancos y carteles comerciales de las ciudades libres, ubicadas al otro lado del océano.
Lamentablemente en todo el primer volumen no hay ninguna otra mención al contexto macroeconómico del reino, aunque Martin situó su saga en un contexto económico medieval y eso limita bastante las cosas. A diferencia del mundo romano, no existen ni la esclavitud ni la ciudadanía (y por lo tanto el populismo), pero sí hay un patrón oro y cierto nivel de comercio intrarregional. Las casas (Stark, Lannister, Baratheon, Tully, Tyrell y Arryn) básicamente recaudan impuestos de sus vasallos, pero solo dos tienen superávit y el resto tiene que pedir prestado. Lo más probable es que tengan déficit comercial con las famosas ciudades libres, que al parecer son una mezcla entre los fenicios y las ciudades Hanseáticas del báltico.

Otro problema estructural de Westeros es que no hay emprendimiento ni apertura de nuevos mercados. No hay estímulos monetarios ni fiscales, y la única manera de que una casa pueda hacer crecer su demanda agregada (marginalmente) es apoderándose por la fuerza de las tierras de un rival. Peor aún, solo en las ciudades libres hay bancos, o sea, un sistema financiero propiamente tal. ¿Dónde más podría Lord Lannister endosar y hacer líquidas parte de sus tres millones de dragones en papeles de deuda de la corona?
El otro problema grave, como se ha dicho, es el déficit fiscal. “El maestro de moneda busca el dinero, el rey y su mano gastan”, dice cínicamente Littlefinger, quien difícilmente llegaría a liderar el ránking de ministros de hacienda de AméricaEconomía (¿Qué otra cosa esperar, por lo demás, de un tipo que regenta un prostíbulo?).

Pero el problema no es el déficit per se, sino cómo se reparte. En la Unión Europea de hoy Francia y Alemania se deben entre sí prácticamente lo mismo (unos 240.000 millones de euros). Pero en Westeros solo los Lannister tienen la mitad de la deuda real, así que lo financiero termina contaminando a lo político y estimulando el sórdido y lujurioso apetito de poder de esta casa. La primera temporada terminó con el rey muerto y un adolescente sicótico sentado en el trono, con Stark degollado y una guerra civil entre todas las casas.

¿Qué haría usted si tuviera que invertir en alguna? ¿Cómo se financiarán los ejércitos?
La segunda temporada aún no ha despejado todas estas interrogantes, tanto o más apasionantes que la nacionalización de YPF o la crisis del euro. Si fuera un administrador de cartera (por ejemplo, de alguna de esas ciudades libres) tomaría en cuenta que viene el invierno, la guerra será prolongada y requerirá soldados y monedas para pagarles. Los campos quedarán sin brazos, las cosechas se perderán y habrá inflación. Prestar será riesgoso, pero también una oportunidad si se uno, como inversionista, sabe repartir bien sus fichas.
Yo pondría un buena parte de mis colocaciones en Robb Stark, el hijo de Ned, que quiere vengar al padre y ha sublevado a todo el norte. Es joven y aguerrido y ha ganado varias batallas. Pero el enano Tyrion Lannister es un estratega y un apostador de cuidado y está poniendo orden en sus licenciosas huestes. Hay por ahí un hermano del rey muerto que quiere el trono para sí, pero tiene cara de perdedor. Y está también Daenerys Targaryen, que viene a recuperar el torno de su padre. Pero con esta princesa exiliada toda evaluación de riesgo resulta imposible porque, a final de cuentas, ¿cómo saber cuánto vale un dragón?

0 comentarios:

Publicar un comentario